Crecí rodeada de deporte, practicándolo casi a diario desde que tengo memoria. Esa conexión tan cercana con el movimiento, el esfuerzo y el rendimiento físico me hizo entender algo clave: la nutrición no solo se refleja por fuera, también determina cómo funcionamos por dentro. Energía, recuperación, estado de ánimo, concentración… todo está conectado.

Por eso decidí formarme como dietista-nutricionista: quería unir mis dos pasiones —la salud y el deporte— para acompañar a otras personas a cuidarse mejor, rendir más y sentirse bien consigo mismas. A día de hoy, trabajo con personas en etapas muy distintas: deportistas de alto nivel, mujeres en menopausia, familias con niños en edad de crecimiento… Siempre desde un enfoque individualizado, humano y educativo

No creo en las soluciones rápidas ni en los menús genéricos. Creo en el trabajo bien hecho, en la escucha activa y en construir, junto a cada persona, un proceso de aprendizaje adaptado a su ritmo, su historia y su realidad.

No estás sol@ en este camino.
Te acompaño paso a paso, sin prisas, sin juicios, sin fórmulas vacías.